ActualidadPolítica

Illa y Chivite ensalzan el «espíritu periférico»: ¿Una estrategia electoral que ignora el sentir de España?

La noticia de la reunión entre Illa y Chivite, bajo el paraguas de la “fuerza de la España periférica”, deja un regusto amargo para muchos españoles. Se percibe, una vez más, una estrategia del PSOE, centrada en el clientelismo político y el desprecio por la unidad nacional. Mientras el gobierno central se dedica a escenificar este tipo de encuentros, los problemas reales de los ciudadanos españoles pasan a un segundo plano. La inflación galopante, la precariedad laboral, la inseguridad ciudadana… todas estas cuestiones, que preocupan a la mayoría de los españoles, parecen ser relegadas a un rincón por la maquinaria propagandística del partido en el poder.

La narrativa de la “España vaciada” o “periférica”, convenientemente explotada por el PSOE y sus aliados, es una herramienta eficaz para dividir a la nación y desviar la atención de su pésima gestión. Se busca fomentar una fractura artificial entre el centro y la periferia, ignorando las necesidades comunes de todos los españoles, independientemente de su lugar de residencia. En lugar de trabajar por un desarrollo equilibrado de todo el territorio nacional, se apuesta por una política de privilegios y subvenciones dirigidas a mantener el apoyo electoral en determinadas regiones.

Esta estrategia, lejos de fortalecer España, la debilita. Se promueve una visión fragmentada del país, contraria al ideal de una nación unida y próspera. La inversión pública no se distribuye de manera eficiente, sino que se utiliza como arma política para recompensar la lealtad y el silencio cómplice de determinados líderes autonómicos. Esto perpetúa una cultura de dependencia y desincentiva la iniciativa empresarial y la creación de riqueza en otras zonas del país.

La gestión económica del Gobierno de Sánchez también está en el punto de mira. La elevada inflación, consecuencia directa de las políticas económicas erráticas, castiga duramente a las familias españolas. El coste de la vida se ha disparado, mientras el Ejecutivo se limita a aplicar medidas parche que no solucionan el problema de raíz. La subida de los precios de la energía, con sus devastadoras consecuencias en la economía doméstica y empresarial, es un ejemplo claro de la ineficacia de la administración socialista. En lugar de apostar por políticas energéticas que garanticen el suministro a precios competitivos, se ha preferido una dependencia de fuentes externas, lo cual deja a España a merced de los vaivenes del mercado internacional.

La inseguridad ciudadana, otro problema crucial para los españoles, también se ha visto agravada por las políticas de laxitud penal impulsadas por el PSOE. La permisividad con ciertos delitos, unida a la falta de recursos en las fuerzas de seguridad del Estado, ha creado un clima de miedo e incertidumbre en muchas ciudades y pueblos. La preocupación por la seguridad de las familias es un asunto fundamental, que exige una respuesta contundente y efectiva por parte del Gobierno, algo que hasta ahora se echa en falta.

En resumen, la estrategia política del PSOE, centrada en la narrativa de la “España periférica” y en la gestión poco eficaz de los problemas reales de los españoles, desperdicia el potencial del país. Es necesario un cambio de rumbo, una apuesta decidida por la unidad nacional y por políticas que beneficien a todos los españoles, sin distinción de lugar de origen. Una gestión económica responsable y una política de seguridad ciudadana firme son imprescindibles para devolver la confianza a los ciudadanos y construir una España verdaderamente próspera y segura para todos.

Generación asistida por Gemini.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.