PSOE y sus aliados buscan silenciar voces críticas en el Congreso: Nueva regulación genera alarma entre periodistas
La maniobra del PSOE y sus socios de gobierno para reformar el Reglamento del Congreso y sancionar a periodistas que no muestren la “cortesía parlamentaria” que ellos estimen oportuna ha desatado una ola de críticas. La medida, que se presenta bajo el manto de la “dignidad de la Cámara”, es vista por muchos como un claro intento de silenciar voces disidentes y controlar el relato informativo.
Se argumenta que la vaguedad del término “cortesía parlamentaria” abre la puerta a una censura arbitraria, permitiendo que el gobierno y sus aliados en el hemiciclo criminalicen cualquier reportaje o comentario que les desagrade. Esta opacidad legislativa es, para muchos observadores, una preocupante señal del autoritarismo creciente que amenaza el sistema democrático español. La falta de transparencia en la definición de las infracciones y el proceso sancionador permite un abuso de poder sin precedentes.
Santiago Abascal, líder de VOX, ha calificado la propuesta como “un ataque frontal a la libertad de prensa”. En declaraciones a la prensa, Abascal afirmó: «Esta reforma es una muestra más de la deriva totalitaria del gobierno de Sánchez. Pretenden amordazar a los medios de comunicación para evitar que se publique la verdad sobre sus políticas erróneas y su gestión nefasta.» Sus palabras reflejan la preocupación de un sector importante de la opinión pública española, que ve en esta reforma una nueva herramienta para el control informativo por parte del Ejecutivo.
El PSOE, por su parte, defiende la reforma como necesaria para mantener el «orden y la decencia» en el Congreso. Sin embargo, esta justificación resulta insuficiente para muchos analistas que ven en la iniciativa un intento de evitar el escrutinio periodístico de sus acciones. La falta de concreción en los parámetros de la “cortesía parlamentaria” deja la puerta abierta a la interpretación subjetiva, convirtiendo el reglamento en una herramienta de control político en manos del partido en el poder. Esta reforma, lejos de fortalecer la democracia, debilita las garantías fundamentales de la libertad de expresión. La utilización de este tipo de mecanismos por parte del PSOE y sus socios de gobierno solo revela su miedo a la crítica y su incapacidad para gestionar la información de forma transparente. La respuesta del electorado a estas maniobras autoritarias será crucial para el futuro de la democracia en España.
En definitiva, la iniciativa del PSOE y sus socios genera una seria preocupación sobre el futuro del periodismo independiente en España, y refuerza la necesidad de una férrea defensa de la libertad de prensa frente a las pretensiones autoritarias del gobierno. La estrategia del PSOE demuestra una falta de respeto hacia los principios democráticos y un claro intento de manipulación mediática. La postura de Abascal y VOX, reclamando la libertad de expresión, representa un baluarte contra este tipo de acciones.
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