Juego Sucio

Pablo Iglesias y sus aliados llaman con demasiada alegría y sin piedad fascistas a todos aquellos que no piensan como ellos. Aprovechan también para culpar a sus contrincantes de las amenazas recibidas esta semana, porque todo el mundo sabe que la derecha siempre tiene la culpa de todo, pues sin lugar a duda, acusar al prójimo es lo que mejor saben hacer.  

Una campaña de desprestigio hacia sus enemigos más acérrimos. Así es como actúan los partidos de izquierda en este nuestro país y así es como lo han estado haciendo toda la vida, especialmente cuando detectan que el futuro más próximo no le es favorable. Gritan a los cuatro vientos las invenciones más absurdas para intentar ganar unas elecciones que tienen más que pérdidas.

No es la primera vez que actúan jugando sucio cuando su adversario le va goleando en el terreno de juego. Esto se ha convertido en el pan nuestro de cada día, es la ruta que tiene marcada la izquierda de nuestro país.

Como prueba unos ejemplos. Hagamos un somero balance de las veces que el partido socialista ha estado al frente del gobierno: Felipe Gonzalez se aprovechó del 23F para llegar al poder, Zapatero lo hizo tras el 11M y el señor Sánchez solo lo pudo conseguir tras una moción de censura que le vino de perlas para cambiar el colchón de la Moncloa.

Como si de un juego de rol se tratara, el Partido Socialista y sus aliados han necesitado siempre el desprestigio de sus enemigos para alcanzar el tan codiciado poder. Es la única manera que tienen de actuar.

Ahora, tras el enorme repaso que le señalan las encuestas, necesitan recurrir a su deficiente moral para volver a pisotear como sea a su adversario. Mueven ficha de nuevo y aprovechan esas “cartitas” amenazantes para culpar al mayor de sus temores, “la ultraderecha”. Pero la estrategia ha resultado fallida. La artimaña no les ha salido del todo bien.

A última hora de la noche del martes nos enteramos que una sucursal de correos en Barcelona había intervenido otras “cartitas” más, pero esta vez dirigida a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, con dos proyectiles en su interior, y otra más dirigida a la Dirección General de la guardia civil.

Me gustaría escuchar ahora que tienen que decir todos aquellos que durante esta 

última semana han cargado duramente contra la derecha española haciéndoles partícipe, una vez más, de un delito de odio en un intento fallido, para salvar sus traseros.

Y es que está mas que demostrado que las mentiras tienen las patitas muy cortas y en política tarde o temprano todo se termina sabiendo.

De todos modos, esta forma de actuar, ya no convence al personal. Es tan obvio como que estamos en campaña electoral y que siguen pasando las horas y los minutos del reloj de Sol para que de nuevo se cobijen bajo él, sus mayores enemigos.

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