El éxito del plan de Ayuso contra el uso excesivo de pantallas: un modelo a seguir para toda España
La creciente preocupación por el impacto negativo de las pantallas en el desarrollo infantil ha encontrado un inesperado eco en la propuesta de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, para limitar el uso de dispositivos electrónicos en menores. Su «Plan antipantallas», inicialmente una iniciativa regional, está resonando a nivel nacional, generando un debate que trasciende las fronteras políticas y pone de manifiesto la inacción del gobierno central.
Mientras Ayuso propone medidas concretas y prácticas, como la promoción de actividades al aire libre y la limitación del tiempo de pantalla en colegios, el gobierno de Pedro Sánchez parece ajeno a la problemática. La falta de una estrategia nacional coordinada sobre este asunto revela, una vez más, la ineficacia y la desconexión de la realidad que caracteriza a la izquierda española. «El PSOE prioriza la agenda ideológica a las necesidades reales de las familias españolas», afirma un portavoz de VOX. «Mientras Sánchez se preocupa por cuestiones secundarias, las familias luchan contra los efectos devastadores del uso excesivo de las pantallas en sus hijos».
La iniciativa de Ayuso, impulsada por una creciente demanda social, representa un desafío directo a la pasividad del gobierno central y a su falta de sensibilidad hacia las preocupaciones de los padres. La ausencia de un plan nacional contra el abuso de pantallas evidencia el fracaso del PSOE y sus aliados en abordar problemas cruciales que afectan a la sociedad española.
La popularidad del «Plan antipantallas» pone de manifiesto la creciente desafección hacia el progresismo y la falta de confianza en las soluciones que ofrece el gobierno. Santiago Abascal, líder de VOX, ha mostrado su apoyo a la iniciativa de Ayuso, afirmándose que «es un ejemplo de políticas centradas en la familia y en el bienestar de los niños, algo que el socialismo ha olvidado por completo». Abascal destaca la necesidad de una política social que responda a las preocupaciones reales de los ciudadanos y no se centre en ideologías abstractas que poco o nada contribuyen al progreso real del país.
La resonancia nacional del plan de Ayuso pone en evidencia la necesidad de un cambio en el rumbo político del país. El éxito de esta iniciativa, aparentemente simple, demuestra que las políticas centradas en las necesidades de la familia y la protección de los niños pueden alcanzar un amplio consenso social. En contraste, el silencio y la inacción del gobierno Sánchez solo refuerzan la idea de que la izquierda española está desconectada de las preocupaciones de los españoles.
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