Actualidad del COVID-19: Letalidad 99% inferior en 2ª ola y un 0,18% de «colapso sanitario»

Tomando las cifras oficiales que recaba diariamente la OMS, del Ministerio de Sanidad, nos encontramos con que, en las gráficas que actualiza de continuo https://www.worldometers.info/coronavirus/country/spain/, la situación actual, a 15 de agosto de 2020 incluido, nada tiene que ver con la que vivimos en marzo y abril.

Observemos la gráfica de nuevos casos diarios, subrayando los cuarenta días posteriores a superarse los 700 contagiados en cada una de las dos olas, para que no haya duda respecto de iniciarse recuentos desde una cifra consistente en número de PCR positivos previos:

Contrastando la anterior gráfica de contagiados con la de fallecidos (abajo), puede contabilizarse que, en los mismos dos tramos, del 1 de marzo al 9 de abril (40 días) perdieron la vida 15.430 personas y del 7 de julio al 15 de agosto (también 40 días), fallecieron 212 personas. DEP.

Estos datos, con divergencias diarias pero mismo global, son cotejables en la página del Mº de Sanidad (https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Actualizacion_186_COVID-19.pdf), si bien, sus gráficas no son interactivas para un posible recuento que bien puede realizar, cualquier persona y en cinco simples minutos, en el anterior enlace de Worldometers.

La matemática no engaña y las cifras son las oficiales. La letalidad de las nuevas cepas es un 98,63% inferior. O lo que es lo mismo, la letalidad en la primera ola era un 7.178% superior. Lo que tenemos desde finales de abril no alcanza ni a la mortalidad de la gripe más suave jamás conocida: cinco muertos diarios en estos últimos 40 días, cuando cada singular día fallecen en España 1.150 personas.

¿Dónde está el potencial riesgo de colapso sanitario que pudo justificar alguna de las medidas tomadas tras el 8-M?

El Ministerio de Sanidad nos señala que la ocupación de UCI’s es de 8 personas diarias en la última semana (56 en total, falleciendo 54 personas en la misma semana, del 9 al 16 de agosto):

Fuente: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Actualizacion_186_COVID-19.pdf

Según la OCDE, España cuenta con 4.550 camas UCI’s (97 por millón), por lo que su ocupación por covid, a día de hoy, es del 0,18%.

Fuente OCDE: http://www.oecd.org/coronavirus/en/data-insights/intensive-care-beds-capacity

En mismo sentido, cada día circulan por las redes sociales una treintena de vídeos de salas de espera de Urgencias de toda España prácticamente vacías. Si bien, los medios oficiales del actual Gobierno (el 95% de los consumidos), no cesan de infundir pánico sobre la base de unos “records de contagios” que provienen de unas campañas masivas de tests rápidos de anticuerpos y PCR’s, que, como se sabe por su propia ficha técnica, por los datos del Ministerio de Sanidad1 y por el Colegio de Biólogos de Euskadi2, tienen una deficiencia de “al menos el 50% de falsos positivos”. Todo ello, coloca a los medios del Régimen en posición de recibir un infinito número de querellas criminales, por las que se entiende que habrán de desembolsar indemnizaciones millonarias por los daños que están generando proactivamente sobre el tejido productivo, vital y emocional de la población, dado que son, junto a la misma información sesgada de los gobiernos locales y estatal, el único sustento y alimento sobre el que se están basando las medidas. Al margen de las penas de prisión, está claro que no podrán pagar los daños y perjuicios.

Tanto los gobiernos locales como el estatal, están volviendo a implementar todo tipo de normas restrictivas –y flagrantemente ilegales–, anunciando el camino hacia un nuevo posible confinamiento, es decir, hacia la destrucción total de la economía y nuestra forma de vida hasta ahora conocida. Por ello, surgen varias preguntas, ante la incontestable FARSA que supone todo esto, con cinco fallecidos diarios y un “colapso” de las UCI’s del 0,18% de su capacidad:

¿Vamos a seguir permitiendo ese Golpe de Estado sobre nuestros derechos, economía y forma de vida? ¿Vamos a dejar que nos obliguen a seguir sin poder trabajar, cerrar nuestros negocios, limitar horarios, imponer toques de queda y hasta confinarnos de nuevo y conducirnos a la ruina total, cuando NO EXISTE ningún otro motivo real que un exclusivo interés político, y económico de ciertas élites que ni siquiera son españolas?

¿Se puede parar el Golpe de Estado sin riesgo, rebeliones o desorden? SÍ.

Si no cerramos el negocio, si no dejamos de trabajar, si dejamos a los niños en paz de una vez y los llevamos al colegio, quieran o no quieran en su centro escolar, si volvemos a respirar oxígeno en vez de CO2, fumar o comer en la calle, algún incauto policía, desconocedor de la Ley, podrá ponernos una o tantas sanciones crea que debe. Toda sanción que vulnere derechos constitucionales, bajo Decretos de Ley de inferior rango o simples normativas locales, son nulas de pleno derecho. Para quebrantar derechos fundamentales (libertad de movimiento, trabajo, educación, consumo, comer, respirar, etc.) se requiere de una Ley Orgánica o de un Estado de Excepción. Ningún juez podrá validar nunca embargo alguno con base en tales sanciones. Y cuanto más pospongamos el pago de éstas, mayor la cuantía con que habrán de indemnizarnos (principal si se hubiera pagado, intereses, costas, daños y perjuicios) de un imposible procedimiento sancionador.

Si no actuamos ya, hoy, podrán invertir el orden de toda democracia, poniendo al pueblo a su servicio. Y en España, como en el otro país probeta de la plandemia (Argentina: seis meses de confinamiento con menos de seis mil fallecidos…), no hablamos de simples políticos, sino de criminales de los que hemos de protegeros de inmediato. Lo que está siendo, técnica y legalmente, un Golpe de Estado y la destrucción de nuestra forma de vida, no es una idea abstracta ni exagerada, sino un hecho probado y cotejable en las nuevas regulaciones que empiezan a decretar otra vez. Frenar todo ello no es más que la obligación imperativa de todo ciudadano de bien y no alienado.

No hay riesgo. No hay posible desorden. No pueden cobrarse ninguna sanción. Sólo hay miedo, y éste está incontestablemente refutado por la realidad de los datos sobre lo que verdaderamente está ocurriendo.

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